El territorio de Socaire, compuesto por sus diferentes pisos ecológicos tales como la alta puna, las quebradas y el salar de Atacama, fue ocupado desde por lo menos el Holoceno Temprano, es decir, hace unos 10.000 atrás. Desde ese entonces hasta hoy, se inicia una historia entre grupos humanos y un paisaje de montaña y Puna, de espejos de agua, de nacientes y de salares.
El agua, en todas sus formas, desde su nacimiento, lagunas, ojos, vertientes, hielos o lluvias, es un recurso fundamental para la vida humana, el sostenimiento del ganado, del forraje y de la agricultura. En Socaire, el culto al agua es primordial, formando parte central de la identidad. En la Quebrada Nacimiento se realiza un ritual colectivo al agua, en el cual se agradece a todos los volcanes tutelares por asegurar la vida. Esta ceremonia es conocida como Talatur y se hace año a año, desde siempre.